miércoles, 10 de septiembre de 2008

Reunificación de la familia cocodrilo (no apto para impresionables)


Sí, para aquellos que, agoreros del mal nos auguraban mil desgracias, me alegra comunicarles que estaban en lo cierto. El sábado al mediodía llegaron Norma, Eloísa, Emma y Silvio en evidente estado de shock y con cinco valijas menos. Silvio quedó -literalmente- con lo puesto mientras Norma miraba perdida algún horizonte lejano, Emma -qué raro- lloraba y Eloísa vomitaba sobre la única remera de su padre. Tanto fue el estado de emergencia que salí desesperada (como es habitual) a buscar ropa para Silvio por las calles polvorientas de Dili, sin suerte. Aquí la ropa de hombre (cuando la venden) es talle mínimo. Finalmente, conseguí el conjunto completo del Real Madrid en un XL que masomenos le entró. Claro que quedó con los zapatos Timberland sin medias (que también estaban vomitadas) y con el equipito del Real Madrid un tanto ridículo, pero qué remedio.

El lunes, sin anestesia, comenzaron las clases. Emma está INDIGNADA: no para de quejarse y amenazarme con todo tipo de violencia física si la sigo mandando a esa escuela. Eloísa más contenta, ya que no tiene contra qué comparar. Emma va a la QSI, que es método norteamericano. Eloísa va a la Dili International, que es australiana. A Emma le hablan en inglés, a Eloísa en inglés y en tétum. Eloísa va con su nanny: Felicidades, una jovencita timorense que se defiende muy bien. El patio del "playground", como le dicen aquí, es muy gracioso, ya que están todos los chiquitos de la edad de Eloísa, de todos los colores y nacionalidades jugando, coordinados por la maestra japonesa Yen y un ejército de nannys timorenses que, desde más atrás, custodian a cada uno de los multiculturales infantes.

Para aquellos que se preguntan como me va en el trabajo (porque de eso se trataba, ¿no? de que yo venía a triunfar al sudeste asiático) les comento que por ahora, me va como el reverendo ojete (perdón). "No es propicio cruzar las grandes aguas" me avisó el I-Ching antes de partir, pero yo no lo quise escuchar.

De todas formas, si dejamos de lado el detalle del desastre profesional, los vómitos de Eloísa, los llantos de Emma y la barba crecida de Silvio (que también mira enajenado el horizonte), nos quedan los efectos colaterales del Tropicur, el afano del alquiler, el volante del lado derecho, los cortes de luz, los campamentos de refugiados, los mosquitos, el dengue, la malaria, el yogourt a cinco dólares, el jet-lag de la familia que nos despierta a las 3AM cada madrugada y las llamadas a Buenos Aires donde también está casi todo (casi) mal, vale la pena destacar como decía el hermano Roberto de "Daylan Kifki": estamos fritos.

Refutadores de proyectos, abstenerse! Nada de: "Yo sabía", "Yo te dije", "¡Y claro! ¿Estos qué se pensaban?"... ni se les ocurra menear la cabeza y comentar al compañero de la derecha: "Qué locura, esta Albertina es una demente" o cosas parecidas. Ni se les ocurra, porque me queda el consuelo de los atardeceres, el mar y los panes que prepara Normita que cocina como una diosa.

Ahhhh... claro, me faltaron los gatos. Los CUATRO gatos. Sí, al principio hubo dos gatitas a la llegada de Emma a Dili, que la esperaban en una cajita. Dos gatitas que me consiguió el queridísimo Marcus, un compañero de trabajo que hace más de nueve años que vive aquí. Dos gatitas que no pararon de llorar y pedir por su mamá, sumándose a los llantos de mi propia cría.

Ya harta, el domingo llamé al querido Marcus pidiéndole que por piedad viniera a buscar a las gatitas, que lo único que me faltaba era que se murieran de hambre por no comer solas. Hablamos por celular y se ve que yo no comprendí muy bien su portugués porque cuando llegó al estacionamiento del compound, para mi sopresa, estaba con mamá gata y otra pequeña hermanita. Oh-My-God: eran CUATRO, sí, yo contaba bien, CUATRO malditos gatos. Deshaciéndome en millones de disculpas, bajo el tórrido calor del mediodía del domingo, le supliqué a Marcus que por favor se los llevara a todos, en medio de una escena desgarradora, mientras Emma no paraba de llorar y los niños timorenses -legítimos dueños de los felinos- reclamaban indignados sus veinte dólares.

7 comentarios:

Hans dijo...

Soy tu fan, pero fan de fan; no de ventilador.

Mariana Levy Polack dijo...

Animo, amiga, que ya a va mejorar...Ema se acostumbrará a que le hablen en ingles, Eloisa en tetum, Silvio finalmente se despertará de su slumber post viaje y encontrará otras prendas a su medida, vomitadas o no, hallarás gatos (de mayor edad) que no lloren y a ti te irá mejor en tu trabajo...y no lo dice el IChing, lo predigo yo!!!
Un beso

Unknown dijo...

Albert!!!! Calma... período de adaptación le dicen. Ahora sí, no puedo quitarme de mi cabeza "al pez fuera del agua", con la mirada perdida en el horizonte, Brasilero, criado en Argentina, con pinta de nórdico, viviendo en Timor, y vestido del Real Madrid...
Los quiero!!!

marisa dijo...

bonitos, ya va a acomodarse todo más que bien, es cuestión de tiempo. Sabíamos que no iba a ser fácil, pero cuando lo fue? Los quiero mucho, hablo seguido con Ester, la mama de Silvio y nos mantenemos informadas sobre uds.
No se asusten, son demasiadas cosas en poco tiempo, tomense un buen trago mirando las estrellas, que imagino deben tener unas noches super....besos

Ana dijo...

Albert, sugiero un emprendimiento paralelo. Registren los derechos de las desventuras y vendan la historia a algún estudio norteamericano. Seguramente pagarán buena plata!
Un gran abrazo,
Ana

Familia Parraud dijo...

Aterrizar en la Luna tiene su precio, el problema es que la Luna al menos está vacía y los que llegaron fueron preparados por años. Ustedes llegaron Europa... la luna Eurtopa! y había un montón de Timorenses, hablan Tetum, el alquiler sale más que un hotel de lujo y un Yogur a 5 dólares. Se prepararon por 2 meses pensando que era solo el otro lado del planeta. Mientras empiezan a descubrir... quedate con el atardecer, el mar, y estar juntos buscando nuevos descubrimientos. Apoyo la idea de registrar los deerechos!

Familia Parraud dijo...

Ah! pero con final abierto no vale! los chicos se llevaron los 20 dólares y los 4 gatos.. ¿no? ;-)