Ultimos días en Nueva Zelandia. Se deja de lado Christchurch (con recientes incidentes de terremotos) y se para en Akaroa. En el camino la familia se ve teletransportada a la provincia de Buenos Aires: Lincoln. Lluvia y frío. Se mueve la tierra y siguen los terremotos. Excursiones: visita a la pinguinera sin pinguinos, nadar con los lobos marinos, arte maorí y museo. Turistas y hormigas (o mosquitos?). Vuelta a casa vía Darwin. Primeros días de Enero 2012.
Ultimos días en Mt Cook y revisando la Lonely Planet y los mapas para ver donde parar. La obvia decisión es Christchurch. Si hay que estar a las 5AM en el aeropuerto mejor parar ahí y porque no pasar unos días en el mismo hotel que llegamos? Pero la Lonely Planet apunta a Albertina a Akaroa. Y ahí nos acordamos de nuestros amigos italianos que nos comentaron de esta península ahí nomás de Christchurch (70Km). Recordé que la geología del lugar era interesante y era claro cuando uno recorre la península notar el origen volcánico de la misma [me había comentado mi amigo: “hay una ruta alrededor de lo que quedó de las calderas de los volcanes que es súper interesante”]. Confirmación en Wikipedia, estudiar la lista recomendade de “Dónde quedarse?” de la guía, unos llamados telefónicos para confirmar, y listo. [grande el invento de las tarjetas prepagas en celulares y la posibilidad de sacarlas así nomás mostrando tu pasaporte, llamadas locales, acceso a Internet… una de los pocos productos donde las empresas de telco la pegaron. Pensar que en los ‘90 todavía discutían si tenía sentido el post pago vs. el pre pago, el calling party pays, etc…].
Muchas cosas para hacer en Mt Cook/Aoraki pero pocas opciones con 2 chicas que apenas empezaron a entrenarse en trekking, y sin equipo para hielo y nieve. Mejor no arriesgar (dejemos de lado la falta de entrenamiento de los progenitores en escalada, la falta de estado físico y los kilos de más, esos factores no pesaron en la decisión obviamente, es que las chicas se aburren caminando….)
Otros 300-400Km hasta Akaroa desde el centro casi geográfico de la isla sur hasta Akaroa.
Mejor salir ya, y ahí nos fuimos, hicimos las valijas, nos subimos al auto y a hacer kilómetros.
Parada a 1/3 de camino en Lake Tekapo. El color del agua lo delata de origen glaciaro sin dudas. Una parada rápida para cargar combustible y comprar fiambre, pan, queso y frutas para el picnic a mitad de camino. Las nenas durmiendo. Así que se aprovecha para hacer más kilómetros tranquilos.
En camino
La ruta se hace fácil en New Zealand y a medida que nos acercamos a Christchurch se nota más gente, más gente? esta isla está despoblada. Lo que se ve es actividad humana por todos los lugares. No hay un Km2 que no esté terraformado por el hombre. Kilómetros y kilómetros de chacras, plantaciones, silos, tractores, máquinas para regar y para plantar, caminos y cercos corta vientos (que son cortados a ángulos rectos y forman literalmente “paredes” de 4 metros de ancho por 6 a 10 de alto y cientos de metros de largo. Para que no quede duda de que son artificiales. La naturaleza se las ingenia para usar patrones más complejos y de resultados más fantásticos, gracias a los griegos por notarlos en principio y a Mandelbrot por descubrir los más recientes! Así y todo nos empeñamos en trazar líneas rectas y ángulos a 90 grados. [lo siento, a 90Km/h no hay fotos de estos cercos]). Hay una línea que uno cruza donde se nota la diferencia donde no queda nada natural (pero parece y es todo verde-plantas y vacas y ciervos) y lo que sí parece más “salvaje”. Va de norte a sur y uno la cruza de oeste a este en algún lugar entre lago Tekapo y la costa este. Y no se ve un sólo homo sapiens! Todo el campo que produce casi 1/3 del PBI de la isla sur en activos agrícola ganaderos está súper mecanizado y automatizado: se ven las máquinas de riego haciendo lo que tienen que hacer y nadie a la vista. La única persona? Un tipo casi en pelotas mirando (adormilado?) la ruta desde su casa asumiendo que nadie lo ve, pero con el sol bien en el oeste, pero todavía alto (aún a las 5Pm todavía nos quedan como 5 horas de luz), le falló el polarizado…
Y llegamos a Lincoln
Aparte de que claramente en ambos países se hace notar la influencia británica, más en New Zealand que en Argentina (hay más pelirrojas en NZ que en AR, es por eso! Y la influencia maorí también impresiona la apreciación estética femenina…) cuando todavía nos faltan como 40 Km a nuestro destino final, con el sol ya casi sobre el horizonte nos encontramos con este paisaje tan pampeano! Cómo puede ser??? Tan fuerte el déjà vu que decidimos parar y tomar unas fotos. El nombre del pueblo le recordaba a Albertina sus viajes por el interior visitando los lugares donde trabajaba el padre como ingeniero agrónomo. Y aquí en Lincoln, NZ, está la Universidad de Agronomía de NZ! (o más precisamente la “New Zealand’s specialist land-based university”). Y esta ruta recta, los cercos corta vientos, los eucaliptos, las sombras largas de un atardecer de verano…
La partición de Pangea comienza hace 200 millones de años, sin embargo lo que es hoy Sudamérica y Australia-NewZealand sucede hace 125 millones de años; y Australia y New Zealand se separan hace 85 millones. Las plantas y los animales podrían tener un origen común relativamente reciente y similares (?) presiones evolutivas. Pero las diferencias biológicas entre Australia y New Zealand son enormes. Así que este parecido tiene que ser sólo producto de nuestra imaginación… Pero además de la casualidad de encontrar un lugar plano en esta parte de Christchurch (raro) el parecido es más por la ingenuidad humana: los eucaliptos originarios de Australia plantados en NZ y Argentina; y una visión paisajista del campo compartida entre ambos países fruto de influencias inglesas (Tolkien por aquí?).
A Eloisa y Emma el paisaje no les dice nada. El hambre y el cansancio del viaje sí. Mejor arrancar y hacer los últimos tramos de la ruta…
Destino final intermedio
La parte final del camino se convierte en un camino lleno de curvas y no apto para los que se marean. Después de cada curva uno cree estar llegando, pero no. Te falta otra curva y así. Al final llegamos a la villa de Akaroa casi a las 9 de la noche ya con los últimos rayos del sol. Encontramos el hotel, una serie de casas con departamentos dobles muy agradables y salimos a recorrer la villa al borde del mar intentando encontrar un lugar para cenar. La villa con un toque francés en el nuevo mundo, sin embargo se van a dormir a las 6 de la tarde. No muy franceses!
Los siguientes 2 días nos dedicamos a recorrer la península debajo de una constante llovizna y capa baja de nubes. Fresco, frío para las ya timorenses de mis hijas, pero encantador el lugar.
Los franceses llegaron a la península como los primeros colonos europeos. Y dejaron marcas por todos lados en la península. Repasemos, hay algunas estatuas, esculturas y placas que recuerdan la historia, la compra de las tierras a los maoríes. Infame hasta que uno se entera que para los maoríes el concepto de compra-venta de la tierra era medio ridículo y “re-vendían” las “tierras” a cualquiera que se lo propusiese. Los europeos se iban de la mesa de negociación contentos de haber comprado una península completa por unos pantalones viejos, algunas herramientas… (2 cloaks, 6 pairs of trousers, 12 hats, 2 pairs of shoes, some pistols, axes and 2 shirts), y los maoríes se iban pensando de quién podía ser tan ridículo de creer que se pueden trazar líneas imaginarias en la Tierra y esto es mío y esto es del vecino! Estos europeos mucho barco pero son unos majaretas, uno se imagina a los maoríes reflexionando… Igual los franceses llegaron a destiempo: cuando desembarcan en el camino Francia e Inglaterra habían firmado el tratado de “Treaty of Waitangi” con los maoríes en Febrero de 1840 y en Junio del mismo año los jefes de la isla Sur firman el tratado. Y esto era parte del Imperio Británico. Ejemplo claro de cómo un proyecto avanza a paso de caracol, y el negocio se mueve a la velocidad de la luz. Por suerte en vez de resolverlo a las patadas en el fin del mundo, va carta, viene carta, y los británicos reconocen ciertos “derechos” a los colonos franceses y el jefe de la misión, Captain Langlois, logra volver con 1700 barriles de aceite de ballena para hacer negocio en el “viejo continente” (otro chauvinismo europeo: los chinos inventaron todo mucho antes que ellos, inclusive una buena organización del estado, peste negra? lo que?). Así que los franceses se quedaron, instalaron los alambres de púa, se casaron con las mujeres maoríes y se dedicaron a cazar focas y ballenas. Y hoy en día Akaroa mantiene ese tufillo francés que atrae cruceros de nuevos invasores.
Totem maorí y equivalente de Uma Lulik maorí.
La Terra Trema y los que-se-creen-franceses te maltratan
Como ya dije en otra oportunidad New Zealand es una lección de geología a medida que se la recorre. Obvio que cualquier lugar es un libro abierto en geología, pero acá está a la vista, se “ven” las cosas moviendo, y todo queda cerca para ir del valle glaciar, a la fosa marina, ver el volcán y experimentar el desplazamiento de las placas tectónicas en vivo y en directo. Así que la 2da mañana Albertina me despierta como a las 5AM y algo codeándome “se mueve la casa, mirá las luces del techo, QUE HACEMOS?”. Digamos que a esa hora tengo que conectar unas cuantas neuronas, levantar sub-sistemas y “es cierto que se mueve? Hum, sí, y bastante, bastante? vale la pena salir corriendo en bolas al estacionamiento? hace frío y llovizna… hum, las nenas están en la habitación de al lado, es un segundo piso, hay que bajarlas a upa….” - “SILVIOOOO, QUE HACEMOS????”… y paró, se dejo de mover. “Nada, ya pasó, sigamos durmiendo” – “Y EL TSUNAMI????” – “No, te preocupes mi amor, esta bahía está a salvo de los tsunamis” (igual que en las películas la mujer tiene razón, pero esta vez no pasó nada)
Me preguntó cuánta gente más se podría haber salvado de lugares como Pompeya, Japón 2011, Chile, etc, etc, si no fuese por esta dinámica entre progenitores irresponsables tan bien capturada en las películas de terror (“querido el vecino me parece que es raro” – “no digas pavadas querida, solamente le gusta la jardinería nomás” – “pero no te parece que las bolsas de abono se ven sospechosas?” – “ayyy querida, siempre ves cosas vos…”, y ya saben como sigue el guión).
Bueno ese día la falla se movió de nuevo. After shocks como le dicen. Y en Christchurch se licuefaron las calles de nuevo, y se registraron mas de 20 a 40 sismos ese día entre 4.5 y 6. [Lunes 2 de Enero 2012, escala 5.5, a las 0545 hora local].
Turistas que no llegan mareados en autos sino que se bajan mareados de los cruceros impresionantes. Ah! El 2do día desembarcaron de un crucero que no habíamos visto el día anterior y nos volvimos a quedar con hambre. Ni hasta en el supermercado se podía comprar una lechuguita. Media hora de cola en el cajero automático. Que sí o sí tuve que hacer la cola para sacar plata para poder pagar la excursión para ir a nadar con los delfines. Excursión que anulamos en Kaikoura pero que acá Emma y yo valientemente nos subimos para ir a tirarnos en medio de la bahía e intentar ver algún delfín alrededor nuestro. Si muchos alrededor del barco, pero sombras que te pasan por un costado, por atrás y por abajo. Emma se bancó bastante bien el frío, tirarse a hacer snorkeling en medio de la bahía y que te pasen un montón de cetáceos alrededor de uno.
Pero entra la cajera de la excursión (desesperada porque sólo le había pagado un depósito), los que atienden en los restaurantes, centro de informes (desplazado a un container por el terremoto anterior) y cajeros de los supermercados sumaron una mala onda! Representaron de la mejor manera lo que es un francés malhumorado! Incluyendo que no te entienden el inglés con claro acento argentino. Qué mala onda! Y lo peor de todo es que los franceses de verdad (los que están en Francia) son súper agradables y no soy el primero en descubrir que ese es un mal estereotipo cuando uno va a Francia. Pero los que se dan el tupé de franceses fuera de Francia si son desagradables! (como los de Quebec!). Evidentemente copiaron el rol de alguna mala película y nunca conocieron a un francés!
Dejando de lado estereotipos es razonable que cuando te descargan un crucero 2000 personas en horas y te inundan una villa que son 50 casas como mucho, seguro te estresas. Estres por la desesperación de cuánto puedo facturar en las 10 horas que tengo mientras miles recorren la villa y sabés que los podés maltratar porque no son clientes recurrentes, y quién va a postear en el Facebook que la pasaste como el traste a bordo del crucero y que en cada lado que bajabas te maltrataban?!?!?! [los progenitores anotan en su dossier para el futuro: “comprarse aunque sea un localcito de 1 x 2 metros en Akaroa y ponerse a vender cualquier cosa, literalmente cualquier cosa!”. Recordar de ver malas películas para capturar la esencia del francés malhumorado y practicar el acento ‘oui, je ne se pas, bonjur’ – pensión asegurada, ‘vendemos alfajores y dulce de leche?’]
Remera que se vende en típico negocio de venta de chucherías para turistas que bajan de un crucero!
Nota del Autor – IMPORTANTE – Recomendamos fuertemente el lugar donde nos quedamos! La atención es buenísima, los dueños re-macanudos, tienen clases de chef y un restaurant que se come bien, y las casas son súper comfortables!!!
“Los detesto a estos cruceros, mirá lo que hacen!” – “Tranquila mi amor, mirá que buenos que son para la economía local” – “pero es un turismo infame, destruyen todo” – “no es para tanto…” – “y seguro que las empresas que los administran son unas piratas…” – “no creo mi amor, deben ser responsables…”
Dejando New Zealand
Se acaban las vacaciones, buscar un hotel para la última noche en Christchurch. Sí, ese al lado del aeropuerto, recorrer los 70Km desde Akaroa y ahora por el camino que bordea lo que quedó de la caldera volcánica. “Porqué por este camino??? Me mareo!” – “Porqué está lindo y es súper interesante” - “No me interesa tu clase amateur de geología” – “Mirá la vista! Les gusta chicas?” – “Papá, tenemos hambre, estamos mareadas y queremos ir al baño [las hijas]” – “Ahí está ese barco horrible, mirá cómo arruina tu vista, que se hundan! [la progenitora]” – “Pero acá está el museo maorí que querías visitar!”
Una lágrima el museo. Una lástima. Nos retiramos asombrados de la diferencia entre otros museos en New Zealand, aún los más chicos, que son muy buenos. Pero ninguno sobre los maoríes. Una pregunta abierta que dejamos sin contestar: los maoríes están integrados y mezclados en NZ. Su cultura es parte intergal de la neocelandesa, sin embargo no vimos ningún buen museo…
Tampoco nos recibieron muy bien acá (comparado con la increíble amabilidad de los neocelandeses por toda la isla sur): Emma y Eloisa muertas de hambre y ni nos dejaron tocar las tortas y dulces que tenían en una triste cafetería! Reservada para el micro de turistas que claro venían del crucero! “Pero usted no avisó que venían” – “Pero se las pago” – “Nones”. Así y todo Emma y Eloisa se las arreglaron para pasarla bien, y recorrer todos los edificios del museo y hacer el juego de encontrar las claves en cada lugar.
De nuevo a Christchurch y rápido para dejar el auto a tiempo y descargar en el hotel y hacer las últimas compras en el shopping de Christchurch. A cenar en el hotel, a dormir y levantarse a las 0400 para ir al aeropuerto.
Haciendo tiempo en el aeropuerto esperando el avión a Sydney. Aprovechar en Sydney a recorrerlo con las 6 horas de escala. Bien aprovechadas volviendo a la Quay Bay, librerías, galerías de arte, museos y almuerzo en restaurant alemán muy recomendable. De vuelta en tren al aeropuerto y 4.5 horas más a Darwin para pasar unos días antes de seguir a Dili.
Sin grandes aventuras en Darwin esta vez, unos días tranquilos de visitas a amigos, Casuarina, cena en el Sailing Club y compra de arte aborígen australiano. Emma y Albertina posan en la casa de Dili en Pertamina con uno de los cuadros…
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