domingo, 30 de noviembre de 2008

Sydney


Una entrada rápida sobre Sydney... Tengo mi lista de ciudades geniales, cool, lindas: San Francisco, New York, Paris, Barcelona, Singapore, Río de Janeiro... pero Sydney, bueno, le ganó a todas. Impresionante!
La geografía del lugar es alucinante: un macizo más o menos viejo (geológicamente hablando) llega al mar desde el Oeste (es un desprendimiento de una cadena montañosa) y termina en fiordos y playas en pequeñas ensenadas. Además la bahía tiene una entrada muy protegida, pero se abre hacia adentro (ver mapa), y navegar esa bahía es alucinante. Sydney se desarrolla alrededor de la bahía, y es una ciudad tan linda como San Francisco o más. Donde le gana a San Francisco? En el clima, el mar, la bahía, no hay suburbios americanos: suburbios australianos que son mucho más humanos.
Tuve la oportunidad de tener que pasar un fin de semana aquí, así que me tomé el tren desde el suburbio (Chastwood) hacia Sydney, caminar hasta el Circular Quay, recorrer el Opera Sydney, caminar por el Jardín Botánico, con vista a la bahía, tomarme el ferry a Manly, caminar hasta Fort Knox, y tener una vista impresionante del Pacífico y de Sydney y de toda la Bahía desde más o menos 100-150 metros de altura, tratar de avistar a alguna ballena en el Pacífico, ir a la playa de Manly, ver los surfers....

El primer día me olvide que estoy a 33 grados sur de latitud y es comienzos del verano saliendo de la primavera: el agujero de ozono, los rayos ultravioletas y no me pusé protector.... Las partes más expuestas de mi cara a la miseria... No todo son rosas en Sydney!
El segundo día armado de mi protector solar me propuse audazmente volver a Manly, y anotarme en mi primera clase de surf... Impresionante! Me tragué medio Pacífico, probé de cabeza la dureza del fondo de la playa de Manly, le zampé mi tabla a otros surfistas que eran lo suficientemente audaces para andar cerca mío (me zamparon otras tablas), se me cayó la tabla encima (cuando la clavás de punta en el fondo), y me dí cuenta que me faltan brazos, muchos brazos, y que entenderle al instructor instrucciones de surf en inglés australiano es too much todavía para mí: paddle, paddle! Que corno querrá que haga? si esto es surf! Ahhhh... bracear! Don't bend the elbow! Lo que???? Y seguro que algunas otras palabras eran el equivalente de "sotavento", "contracorriente", "marea", "espuma", "rompiente", y un montón de cosas relativas a drowning y de cómo evitarlo que no entendí, y dada la cantidad de gente en la playa asumí que me iban a sacar del apuro....
Además me dediqué a probar el GPS del telefóno y el tracking on line con InstaMapper.... y abajo el mapa de mis recorridos en tren, a pata y en ferry....
Más sobre Sydney en próximas entradas!

GPS tracking powered by InstaMapper.com



viernes, 28 de noviembre de 2008

Singapore... the "M" city...

Singapore... ya es el tercer viaje a esta ciudad/estado, al mejor estilo de las ciudades griegas o italianas...

Hay varias cosas sorprendentes en Singapore, y una curiosidad: gran cantidad de siglas empiezan con la letra "M", o sea que bauticé a Singapore la "M City" (podría ser ciudad gótica en algun versión en español de El Hombre Murciélago). Veamos:
  • MOM, Ministry Of Manpower
  • MTR, el sistema de trenes/subtes de Singapore
  • MAP, Ministry Authority of Port
  • MOF, Ministry of Finance
  • MAS, Monetary Authority of Singapore
  • ...

Pregunté si había alguna razón y parece ser que simplemente es casualidad. Aunque mi teoría es que empezó como casualidad y cuando se dieron cuenta, se las ingenieron para que todo empezara con "M", un chiste a lo S'poreano? Vaya uno a saber.

Singapore, la Ginebra de Asia

Esa es la impresión que uno tiene cuando se baja del avión,

y se toma el subte para ir al centro de la ciudad desde el aeropuerto, y uno la recorre a pie, en subte, en taxi, y a diferentes horarios y días (días de semana, de mañana, al mediodía o de noche tarde).

Y es una impresión reforzada cuando se leen los titulares del diario, y es una impresión confirmada cuando se revisa con algo de atención la sección financiera de los diarios.

Por ejemplo:
  1. "Se ha decidido poner cinturones de seguridad en los transportes escolares, de tres puntos de ajuste"
  2. "El MOT ha multado a las empresas de transporte por no cumplir con los SLAs acordados en el contrato"
  3. "La policía de Malasya explica que medidas se están tomando para hacer más seguro la estadía de los S'ngaporenses"
  4. "Señor de negocios artístico denuncia que ha tenido que pagar $S50K de multa por trabajadores que no cumplieron las reglas de residencia"
Por ejemplo el primer titular en mayor detalle es una larga discusión (de 4 meses) de la ciudad, y que involucró a los dueños de colectivos para poner cinturones de 3 puntos en todos los colectivos. Esto a razón de un pobre chico que se mató en un accidente de uno de estos colectivos. Y sí: ya tienen cinturones de seguridad, pero solo de 2 puntos de ajuste... No sólo fué algo consensuado con la ciudad, los dueños de los colectivos, sino que además el gobierno va a invertir una gran cantidad de dinero simplemente para asegurarse que los pongan, y además para subsidiarlos por 3 a 6 meses, dado que van a tener que transportar menos chicos (sí, hicieron el cálculo de cuánto perderían por viaje, el combustible, y además buscaron opciones no solo financieras sino además recomendaciones para que el negocio se mantenga en los mismos niveles de rentabilidad, y cuánto se espera que aumente el servicio - a los padres - una vez que se termine el subsidio: un 10 a 15% de aumento...)
Multar a las empresas de transporte por no cumplir los SLAs suena a .... delirante... Veamos... No cumplieron con las llegadas a horario de colectivos (si leyeron bien: colectivos, no los trenes) a las diferentes paradas en la ciudad: 5% abajo del indicador de puntualidad; y tampoco cumplieron con el máximo nivel de ocupación de colectivos y vagones de tren en los horarios pico. Quieren saber cuál es el límite de "saturación"? un 95%! Sí, deberían tener suficientes colectivos y trenes como para que el nivel de ocupación non supere el 95% de la capacidad del transporte! Y lo mejor de todo? el remate de la nota con la explicación del CEO de la empresa de transporte pidiendo disculpas por no cumplir los SLAs, y que van a hacer posible por cumplirlos de ahora en más. Por suerte una "latinada" más humana al final: aunque sea el CEO trató de justificarse y tirar algo de barro para otro lado: no pudieron cumplir el SLA de saturación porque no tienen suficientes choferes, y piden que por favor el gobierno revea las leyes de inmigración para subir la cuota de gente capacitada como choferes!
En la siguiente nota entrevistan al jefe de policía de la provincia sur de Malasya para que pueda explicar las medidas que se están tomando para asegurarse que los S'ngaporenses que viajan a Malasya en auto se sientan más seguros. La inseguridad? bueno, algunos estéreos robados del auto, los asaltan con motos, cosas menores. La probabilidad? La verdad que te asalten en Malasya es menor a que te asalten en Pilar...
La última nota es realmente extraña, y permite descubrir que Singapore no es Ginebra, por suerte, y que el mito de la estandarización de la cultura por la globalización es eso: solo un mito. Pero dejo una explicación más detallada para otra entrada...
También uno se siente que está en alguna especie de ciudad espacial cuando le explican que está prohibido mascar chicle. No escupir el chicle, mascar o tener posesión de chicles (sí, buble gum, goma de mascar). Es más te los confiscan en la Aduana (si te los encuentran... recomiendo que declaren en la sección de Food que traen algo, aunque sólo sean golosinas).
La cuestión suiza se refuerza cuando el chiste del mes de la Time Out Singapore es "decirle a algún turista que irá a prisión y/o será multado si toma sol en una plaza"

British Style


A simple vista hay mucha influencia británica: en el estilo de algunos edificios (obvios edificios de la época colonial británica), en el trazado de las calles, y en los parques... Sí, Singapore es una ciudad gratamente verde, que se la puede caminar y el nuevo diseño urbanístico no te obliga a recorrerla solo en auto (como lo suburbios de Estados Unidos): se puede caminar, hacer jogging, tomárselo con calma descansando en varios lugares públicos, leer, comer o simplemente descansar la mente con la mirada perdida en el bosque. Y seguir el ejemplo de varios Singapurenses que se sientan a leer, hacer Tai Chi Chuan o simplemente descansar en los bosques y plazas...


Ni Suiza, ni UK, ni China... Singapore!


Como ya dije antes: que la globalización es mala y que estandariza, y que se pierden las culturas locales, y que todo se occidentaliza me parece que es una exageración, y que la gente que dice eso a pesar de querer ser liberal es muy conservadora. Un punto: nadie quiere vivir en la pobreza, nadie quiere vivir en un basurero, todos quieren tener su casa, algo, y un futuro para los hijos. Obvio. Singapore era pobre y un basurero hace... sólo 45 a 50 años! Unas fotos del barrio chino en un restaurant de comida vietnamita de es a época y se puede decir que Singapore era mucho más "pintoresco" que hoy en día: basura acumulada en las esquinas, edificios sin mantener, sin un sistema razonable de cloacas y aguas de lluvia, contaminación, y si me dejo llevar por unas acuarelas muy lindas que estaban colgadas de las paredes del hotel Barjava, mucho más deforestada en 1890 que hoy en día!
El equivalente del Mercado Central es el río que cruza la isla y que en el barrio Chino las barcazas descargaban la comida, otra foto de principios del siglo XX impresionante. Y otra foto más del barrio Chino con los restaurantes típicos de la época: había que arriesgarse a comer algo ahí. Pero limpiaron todo, rehicieron las cloacas, trazaron de nuevo la ciudad, respetando con cuidado histórico todo aquello que le dá el toque actual a Singapore: entonces todavía está el barrio Chino, con calles al estilo la 2da película de Indiana Jones, y cortado por avenidas modernas que agilizan el tráfico, los edificios públicos de la época de la colonia británica, las diferentes iglesias de todas las épocas y religiones: templos budistas, iglesias anglicanas al mejor estilo Londres, evangelistas, templos hindúes y madrazas islámicas... todas en una misma calle separadas por algunas cuantas cuadras.
Y ese es un rasgo bien de Singapore: 4 millones de habitantes de todos los colores y religiones caminando tranquilamente por la calle, diferentes a la hora de vestirse, sin embargo sin desentonar con algo... Singapures...

Barrios mezclados


Aparentemente una de las claves para lograr esta mezcla relajada de diferentes culturas en la misma calle es que el estado garantiza que tenes casa: sí o sí. Si no te la podés pagar, literalmente el gobierno te la regala en una especie de leasing por 40 años. Y los condominios estatales se mezclan con los privados. Están los barrios más exclusivos, pero hay una sana mezcla y distribución tanto de sectores humildes con los primeros. Mirando con atención se nota cuál es el condominio estatal y cual el privado, pero en todos la pulcritud y el mantenimiento obsesivo es el default: es obligación pintar el exterior de todos los edificios al menos una vez cada 4 años. Una clave: los edificios privados tienen parque privado, y obviamente piletas y canchas de tenis. Los otros no se quedan atrás y hasta hay en algunos lugares la pileta municipal al mejor estilo Buenos Aires años 40-50, y en todos los complejos de monoblocks se puede encontrar el Salón de Usos Múltiples con las infaltables canchas de ping pong... y orgullosos están los Singapurenses de haber ganado medallas olímpicas en ese deporte.
La mezcla de religiones llega al punto de que en sólo 3 cuadras en la Avenida del South Bridge en el barrio chino se puede visitar el templo budista más famoso de la ciudad, un templo hindú y mas allá la madraza islámica.



Tuve la suerte de llegar en un momento de fiestas y durante varias noches hasta bien tarde había celebraciones en cada templo de cada religión. Y los hindúes al mejor estilo Ghandi, en pata, en cueros, por las calles del barrio chino ahí nomás de la zona más cool de bares y restoranes obviamente apuntados a los ex-pat: o sea para aquellos claramente no orientales. Y mientras los hindúes inundaban la manzana con olor a incienso, comían en la calle, los chinos pasaban con sus dragones y carrozas por la calle, en algo muy parecido a una escola de samba brasileña. A esa hora ya tarde los musulmanes brillaban por su ausencia, y los que quedaban participaban pasivamente de los festejos hindúes y chinos.

Parques no tan británicos


Singapore se auto bautiza como la ciudad verde, y tienen razón: la cantidad de parques es impresionante. Y por donde vas está todo forestado. Además los colectivos son a gas (contaminan menos), y hay una gran campaña orientada a promover el uso de transporte público con el objetivo de consumir menos petróleo.
Los parques están absolutamente cuidados, y es fantástico salir de un shopping, cruzar una avenida de 4 carriles y meterse en medio de una selva tropical, casi sin anestesia. Al mejor estilo Singapures obviamente que no podés caminar por cualquier lado, sino que tenés las sendas cuidadosamente señaladas, lugares para descansar y sentarse y miradores. El orden es tan británico, pero algo raro y al principio uno lo nota en la visión periférica. Los árboles y plantas claramente son tropicales, el calor, la humedad y la transpiración no te lo dejan olvidar, pero las sendas están perfectamente delineadas, jamás van rectas sino que siguen curvas y acompañan la topografía del lugar, y en muchos lugares, donde se puede ver a la gente haciendo Tai Chi Chúan o simplemente descansando el pasto está prolijamente cortado. Me pregunto cuánto será el esfuerzo para mantener a la selva a raya.

Y ahí están los jardineros: malayos, indios, pakistaníes, con podadoras, cortadoras de cesped y todo tipo de herramienta necesaria para darle ese toque tan británico que no lo es tanto. Seguro no es americano: nadie haciendo jogging o ejercitando frenéticamente, transpirando al divino botón en este clima ecuatorial, y una sensación de que cuando uno está en el bosque está en el bosque: las lianas cuelgan descuidadamente de los árboles, no hay hileras una al lado de la otra de especies de plantas iguales... Es un logrado bosque super natural a fuerza de controlar el crecimiento caótico de la naturaleza a machetazo y cortadora de cesped puro. Tomás distancia y es un bosque natural: caoticamente ordenado, pero tan artificial en el fondo como los canteros del Rosedal... Deliciosamente oriental! Y cuando se mira con cuidado aparecen los bonsai, o plantas mantenidas al mejor estilo bonsai. El efecto es decididamente extraño: te das vuelta y tenés la autopista, mirás para el otro lado y la sensación es que estás en medio de la jungla, levantás la vista y por detrás de la copa de los árboles asoman las torres de acero y cristal del distrito financiero. Confirmado: es Singapore 100%

El toque latino


Es toque latino o simplemente un patrón? Un toque de convergencia de comportamiento cultural? Pero algo que si hace para un latino encontrarle un punto en común con las ciudades latinas es como se vive la calle. Relajados: son relajados. Nadie de corbata, muchas sandalias y pantalones cortos, polleras cortas para las chinas, pantalones caquis y musculosas para las ex-pat, y livianas sharias para las musulmanas, que aunque van cubiertas no se esconden detras de pesados velos. Pero Singapore le permite a un latino comer a cualquier hora. Es algo fantástico de los orientales: les gusta comer, tomarse tiempo para comer, es importante comer, sentarse a la mesa con otros y compartirla. Desde los restoranes más caros a food courts en casi cada condominio y en lugares dedicados: noddles, thai, india; en un local compras los noddles, en otro el postre, y en otro el jugo, y todo por menos de 5 dólares Singapurenses! Y buscas una mesa y probablemente termines sentado en el medio de otras personas: no hay exclusividad en las mesas. Y estos lugares son como el centro del barrio: ancianos, chicos, los padres, jóvenes, no es una cuestión generacional ni de clase:  se sientan a comer todos juntos, lento, al paso, haciendo tiempo, en familia, y a cualquier hora. Se agradece una ciudad donde a las once de la noche si te da hambre podés cenar. Y familias, a toda hora. Muy latino? No, muy Singapurés, pero muy amigable. Y también cruzan mal la calle! Por el medio, en diagonal, sin respetar los semáforos. Es difícil engancharlos pero lo hacen y los agarrás, ahí mismo, infragantis.

Ciudad Gótica del Espacio


Esa mezcla entre lo obsesivamente cuidado de los bosques, que parecen naturales pero no, la limpieza absoluta de las calles, la pulcritud de los edificios hacen que uno se sienta en una ciudad espacial. Y la sensación se refuerza porque todo está demasiado ordenado, y hay una cierta sensación de control en el aire, a uno lo están observando, no conviene hacer algo fuera de la norma... reforzado por este tipo de carteles...



Freak Control!

viernes, 7 de noviembre de 2008

Videos...

Algunos clips de la vida en Dili....


Una prueba irrefutable de la hora que se despierta Eloisa: solo basta observar el largo de las sombras....











Emma no solo saca unas fotos muy buenas, y hace unos dibujos espectaculares (no es que sea mi hija... ;-), sino que también está incursionando en el mundo de los video clips, no será Coppola, pero también tiene apellido tano, que catzo!


No se llevará muy bien con el inglés (todavía), pero ya es un pez en el agua:




Emma nadando... Y Eloísa sigue... alguna surfer por acá???


Y los dejo con esta vuelta a Dili desde la playa One Dollar al atardecer:

Y les dejo el link de busqueda para ver la serie completa de videos Driving in Dili...

domingo, 2 de noviembre de 2008

Apuntes laborales, by Albert

Acerca de la maldad de la gente (dentro y fuera de las Naciones Unidas), de cómo también hay gente buena y honesta (dentro y fuera de las UN), de la mortalidad infantil, de los jefes de Suco, del enojo de los dioses, de lo complicado que es conseguir un baño aceptable y de cómo en mi boletín de calificaciones no voy a tener un “Muy bien, Felicitado”

Trabajar en Naciones Unidas, al menos en la misión de Peacekeeping de Timor (la UNMIT, que le dicen) es una experiencia fascinante y absorbente. Hasta cautivadora, me atrevería a afirmar. Esto no quiere decir que se trate todo el tiempo de una panacea, una fiesta interminable o de un trabajo ideal. Para nada, simplemente quiero decir que toma por completo la vida de cada uno de nosotros de manera avasalladora, sumamente intensa. Se mezclan muchos componentes (algunos complicados no sólo de definir sino también de identificar) propios del trabajo del peacekeeping y característicos de la ONU y otros rasgos propios de de la isla también.

En cualquier caso, debo decir que la mayor parte de mis compañeros de trabajo se toma su tarea bastante en serio y con responsabilidad. Aunque claro, no todos. Y también puedo decir que muchos de ellos están muy comprometidos con la causa de ayudar a este país y sus habitantes a vivir mejor, con una dedicación y entrega dignas de admiración. Aunque claro, hay otros que sólo piensan en mejorar su propia vida y les importa muy poco lo que los rodea. Sin embargo, hay muchos otros que son gente extremadamente preparada, con una gran educación y experiencia, culta e informada que tiene buenísimas intenciones y son excelentes profesionales y colegas generosos. Por supuesto: hay otros que están dispuestos a morir o matar a quien se les ponga delante de su camino. Pero nada nuevo, queridos míos, al menos (y por el momento) nada que me sorprenda o nada que yo no haya experimentado en carne propia en los últimos 22 años de vida laboral en Argentina y otros países de América Latina.

¿Traidores? ¿Gente dispuesta chupar las medias para cagar a su compañero de la derecha? ¿Mentirosos? ¿Cínicos? ¿Inescrupulosos? ¿Chamulleros? ¿Aprovechadores? ¿Inútiles que hacen “la plancha”? ¿Honorables personajes llenos de ideales que se olvidan de sus ideales poco honorablemente? ¿Empleados desgastados por el abuso psicológico de sus inútiles jefes? ¿Amigos de toda la vida que de repente se dan cuenta de que ese amigo de toda la vida se puede ir rotundamente a la mierda sólo para que no le estorbe en su camino a la fama, la fortuna y el éxito????? Vamos, por favor… quien me diga que eso sólo pasa en Naciones Unidas o bien nunca salió de la puerta de su casa, o bien lo mantienen en un frasco, o bien miente. O todas juntas.

Naciones Unidas es un ambiente claramente competitivo. Quizás la mayor ventaja radique en que, justamente, esa competitividad no está disfrazada, sino que es transparente, fair play. A pesar de ello afirmo después de tres meses de convivencia diaria, que ni el clima es tan cínico, ni la gente tan mala, ni la organización tan inútil como he venido escuchando en comentarios de muchos que me daban su opinión cuando me salió el puesto. Por el contrario, tan negativa era la visión que yo traía que me he quedado gratamente sorprendida. Casi lo mismo me pasó cuando entré a trabajar en el Plan de Prevención del Delito del Ministerio de Justicia de la Nación. Uno de afuera cree que todo empleado del estado es un ñoqui cínico y aprovechador. Y no. Resulta que no, no todos al menos. En el Plan me encontré con gente impresionante, admirable, que dejaba su vida por la de otros con una entrega que iba muchísimo más allá de lo requerido y sin pedir nada a cambio. En los casi más de cuatro años que estuve allí no me decepcioné en ningún momento y me fui del plan muy feliz de haber tenido la suerte de trabajar allí. Por supuesto que tanto en el Ministerio como en la ONU hay miles de aspectos reprobables y criticables. Pero agradezco ambas oportunidades. Sí, es verdad, recién pasaron tres meses en la ONU escucho pensar a algunos de Uds., pero no importa, al menos el balance de los tres meses es positivo.

Por empezar, entré con un cargo profesional bastante bueno, del medio para arriba, es decir que tengo cierto acceso (aunque no mucho, pero suficiente como para ir entendiendo cómo se hacen las cosas) al nivel de toma de decisiones. Y también al nivel donde quizás una idea mía pueda llegar a verse aplicada efectivamente en la vida real. Y eso es –humildemente-, un gran desafío profesional pero también personal. A veces también es muy confuso. Es que esto de construir “una nación para la tribu timorense” nos deja a todos de manera constante debatiéndonos entre si la modernidad es exportable, la democracia el mejor sistema y si nosotros tenemos derecho a pensar que aquí las cosas deberían ser de otra manera. Claro, el relativismo cultural y el respecto por el folklore ajeno tiene un límite, al menos en mi caso. Y para mí ese límite es el trato que le dan aquí a los niños: la mortalidad infantil cercana al 40% antes de los 4 años de edad, una de las más altas del planeta. Además, tengan en cuenta que yo no soy partidaria de la idea del “buen salvaje”. Para nada. Creo en la civilización y descreo de la barbarie. Estoy convencida (“persuadida”, como diría Alfonsín, ahora que estamos festejando los 25 años de democracia) que los derechos humanos deberían regir para todos los seres por igual, no importa si nacen en la maternidad Suizo Argentina o en la choza del compaund de los refugiados Manatutu. Muy idealista, quizás, pero prefiero mantenerme así de esta manera, me ayuda caminar con la mochila más liviana y a despertarme más contenta cada mañana.

Sucos y Aldeias

Los Sucos han sido siempre (desde cientos de años atrás, antes de la llegada de los portugueses a estas remotísimas tierras) la célula o institución política más fuerte de la organización territorial de Timor-Leste. La mayoría de la gente del país vive en áreas rurales, desparramados en pequeñas aldeas (o knuas) que incluyen unas cuantas casas. Estas aldeas o grupos de aldeas, entre todas forman un Suco. El Suco se basa en la idea de la familia extendida, es decir, todos somos parientes pero hay una familia (la más antigua, la que cuenta la leyenda o la costumbre que llegó primero a esas tierras) que es, obviamente, la que domina y a la que se llama “Casa”. Los miembros de una misma “casa” pueden rastrear sus ancestros al estilo la serie “Raíces”, con un ancestro en común que los hace pertenecer a la misma “casa sagrada” (uma lulik).

Las casas de cada territorio específico se ordenan de manera jerárquica: la “casa” más antigua tiene preeminencia, pero a su vez, cada casa se dedica a cosas distintas. Por ejemplo, algunas familias poseen autoridad política pero otras, autoridad ritual. Algunas tienen la obligación de proveer y cuidar la fuente de agua, otras de ocupar un lugar específico en el ceremonial o del tema curandería. Es importante entender que la casa que tiene autoridad ritual está -cosmogónicamente hablando- muy por encima de aquellas que tienen autoridad política. Para los timorenses, si no se respeta a los mayores y a las “casas”, los dioses se enojan y los niños se enferman. Por lo visto, con las estadísticas de mortalidad infantil en la mano, se ve que los dioses se enojan bastante a menudo.

Por supuesto que en estos tiempos de mensajes de texto y feroz telefonía celular las cosas han ido cambiando, sin embargo no tanto. Además, claro, supuestamente son todos católicos, pero...

Aunque haya autoridades administrativas del gobierno central legal en los distritos estas tienen que acordar con las autoridades tradicionales para hacer cualquier cosa. Los jefes de Suco y de Aldeias tienen que estar informados. Las elecciones del año que viene (uno de los ejes centrales que ocupa mi actual vida laboral) son justamente de Sucos. Es que para intentar incluir esta milenaria organización en la democracia timorense se está actualizando una ley que permita votar a los consejeros de los 442 Sucos del país. Pero hay que tener cuidado, porque una vez más de acuerdo a la cosmogonía timorense, si el poder cae en manos de la “casa” equivocada, toda la comunidad se verá amenazada por el castigo ancestral. Entonces imaginen qué lío es armar aquí las listas y las boletas de votación, porque para definir los candidatos la primera opinión que cuenta es la de la divinidad.

Visita al pintoresco y exótico Mercado de Taibessi

Este mes comencé mis clases de Tetun. De acuerdo a mis Términos de Referencia (es decir, mi Job Description) debo pasar el 70 por ciento de mi tiempo en las oficinas del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el 30 por ciento restante en mi oficina asignada, que en mi caso son dos, debido a que mi equipo está conformado mitad por gente de UNDP (Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas), mitad por gente de DPKO (Peacekeeping). Entonces mi escritorio propiamente dicho está en Obrigado Barraks y el de mi jefe en otro edificio llamado Respect Building, o “the Beach”, porque está frente al mar. De ahí que gran parte de mi día lo paso manejando la camioneta Toyota Prada que me da la misión de un lado para otro de Dili, de Obrigado Barraks al CNE y del CNE al Respect Building. A veces no me molesta, pero otras veces sí. El tema es que en cada movimiento arrastro conmigo mochila cargada con computadora, carpetas, fotocopias, cuaderno, etc. Y cartera con cosméticos, celulares, cargadores, anteojos, billetera, identificaciones, etc. Gran parte de mi tarea consiste, entonces, en no perder nada o dejar nada olvidado en alguna de las tres locaciones. Que a veces se vuelven cuatro, porque muchas reuniones las tenemos en el “Café Brasil”. Y además están los almuerzos. O las idas de último minuto al banco. O lo que fuera.

Detrás del inconveniente de las múltiples locaciones se esconde otro problema de hondo contenido dramático: el de los baños. Veamos. Está el ranking de oficinas. Donde peor la paso es donde está el mejor baño, es decir en Obrigado B. En el CNE, donde no la paso tan mal, el baño es digamos, primitivo sin entrar en detalles. Pero en el Respect Building, donde el clima de trabajo es más agradable y distendido, los baños son directamente inmundos. Entonces, los cálculos de mis encaracolados recorridos y trayectos muchas veces se rigen más por mis más íntimas necesidades sanitarias que por las estrictamente profesionales. Es decir, a Respect Building tengo que llegar con la boca limpia, la vejiga liviana y la panza vacía. La limpieza dental debe ocurrir en Obrigado, porque es donde hay agua potable. Si no, a mi ya pesadísima mochila debo agregar una botella de agua mineral, que muchas veces también olvido en alguna parte. El baño de CNE da para lo más elemental pero el de Respect no da para nada.

Pues bien, volvamos a las clases de Tetun. Claro, mis contrapartes nacionales del CNE hablan básicamente Tetun, algo de portugués y bastante inglés. Sin embargo, los periódicos, las reuniones de la comisión directiva y las principales actividades son en Tetun, por lo cual mi performance laboral mejoraría muchísimo si yo lo hablara o al menos, lo entendiera a medias. Por suerte, la misión ofrece en Obrigado B cursos gratuitos, en los que te evalúan por tu dedicación y compromiso con el saber. Yo me anoté en uno que lleva adelante un joven timorense muy agradable llamado Norberto. Las clases tienen lugar una vez por semana en el peor horario posible: de 14,30 a 16, cuando el clima de Timor no tienen piedad alguna con nadie ni nada. Es la hora de la pesadilla de aquellos que amamos los climas templados y fríos. No corre una gota de aire, el cielo arde, el sol quema, el sudor cae y el cerebro se derrite. Un lindo momento para quedarse dentro de donde sea, a la sombra, bajo el fresco reparador del aire acondicionado en caso que haya luz y que funcione.

Pero no. Esta semana Norberto decidió que era una buena idea ir a practicar los nombres de las frutas y verduras al mercado de Taibessi, algo así como ir de paseo a Ciudad Oculta un día de enero de 40 grados a la sombra. Yo estaba coquetamente vestida para circular por mis múltiples oficinas, no para ir al mercado callejero. El mercado queda justo al lado de un canal seco y lleno de basura que huele como azufre. Apenas al bajar del auto ya comencé a maldecir, perjurar, insultar e insultarme a mí misma sin parar preguntándome que hacía una Bratz como yo en un lugar como ese, ridículamente vestida y en el peor horario del día. Ni que decir que nunca aprendí el nombre de ninguna puta fruta. Para colmo, como en mi camioneta iba con más gente, no podía darme media vuelta y desaparecer. No. Me tuve que quedar esperando que mis compañeros compraran huevadas y se trataran de comunicar en su rudimentario Tetun con los locales, que obviamente no dejaron de burlarse de nosotros en ningún momento. Hacía un calor indescriptible, la transpiración no dejaba de caerme por el cuello mientras miles de moscas cubrían los alimentos y los chanchos, los gallos de riña y las gallinas corrían por doquier. Mi cara de odio profundo no pasó desapercibida al profesor, que estratégicamente evitaba estar demasiado cerca de mí o se escudaba en una compañera alemana llamada Michele, que cuaderno en mano, no dejaba de tomar notas y repetir palabras nuevas para su vocabulario tetunés. Finalmente, después de 50 interminables minutos, Norberto dio por finalizada la clase, corrió al otro auto (obviamente) y salió disparando. Quiero aclarar que no lo pensaba perseguir ni buscar venganza, pero estoy segura que mi actitud razonable, civilizada y cabal (a quién se le ocurre semejante plan????) va a ser no sólo incomprendida sino que va a aparecer negativamente reflejada en mi boletín escolar.