martes, 18 de agosto de 2009

The un-coolest persona en Melbourne...

Seis noches en Melbourne... Que hace Casagrande en Melbourne? Bueno tiene que ser trabajo, no? Por suerte sí. Mucho trabajo y más trabajo para justificar el viaje en un período de viajes reducidos por políticas de cost-savings in travel & expenses. Pero Money Talk, así que trabajando doble: entrenamiento de otras personas en el equipo y haciendo la demo. Total no vuelvo a casa a ver a mi familia, no?

Melbourne es quizás más británica que Sydney, o así parece. Se notan los edificios de la época quizás más británica y de la época más australiana.

Con base en un hotel en el downtown Melbournense (se dirá así?), como estar en Retiro o aledaños, me dedicaba a pasear después de las horas de la oficina por esta zona.

Recuperada claramanente como otras ciudades vienen recuperando estas zonas. Una mezcla de bares de mala muerte, homeless, muchedumbre de oficina en las horas del rush y el Happy Hour, y muchas bandas urbanas. La gente en Melbourne es toda cool: y ahí es donde se nota el toque más british de todos. Bueno, al menos el toque de los londinenses en las películas y de las bandas pop británicas de fines de los '90's en adelante... que se yo cómo realmente son los británicos?!

Cortes cuidados de pelo aún para los más "oficina style" de todos, gorros y sombreros y/o boinas casi obligadas para los hombres jóvenes más cool, zapatos de tacos altos, calzas (es invierno) y polleras cortas para las chicas y obligado negro, black, dark para todos, black y contraste con blanco o colores más brillantes, pero black, black y más black.

De fondo los edificios más tradicionales, con las siluetas de las torres modernas de los '90 y el siglo XXI, y los diseños más audaces del Melbourne Aquarium y el Australian Centre for the Moving Image... Hasta en la visión racista y prejuiciosa de Susanita los obreros de la construcción y los homeless son rubios y tienen un aire a Heath Ledger o homeless salido de película de Carpenter...

Así que acá tenemos a Casagrande rapado estilo Marine por peluquero timorense (son buenos y baratos, no asuman a los Susanita!), con camisa a cuadritos, jean de lo más tradicional y zapatillas de running de lo más común y con 5 años encima... Un total desastre, se lo imaginan!

Si esperan alguna historia de que alguna señorita me dirigiera la palabra en algunos de los barcitos de los Laneways de Melbourne (lo coolest de lo cool), mientras leia a Darwin y Worldwide Management, escuchando The Skeptic Guide to the Universe... pueden seguir esperando a que comience a novelar en el Blog!

Los LaneWays son muy particulares, y están recuperados. Y son bien agradables para recorrerlos, tomarse un buen café (los Melbournenses aparentemente se enorgullecen que no toman café en Starbucks), una buena cerveza local o importada, eligiendo comer comida fusión australiana-asiática-italiana y escuchar Jazz improvisado pero de calidad, ahí mismo entre dos medianeras y apenas 4 o 5 metros de ancho.

La persona más un-coolest sacando fotos con su cámara snap & shot, los jóvenes (de ambos sexos) cool de Melbourne con boinas, sacos acordes, calzas y polleras cortas con sus cámaras digitales de última generación, trípodes, objetivos, Zooms y grandes angulares...

Así que el Domingo me levante a las 7:30 para ir a correr por los parques muy británicos, cagarme de frío, cambiarme, hacer la valija y comer en un bar en la parte recuperada del río, escuchando más de la Skeptic Guide y Gotahn Project como música de fondo: Tango (ok, no muy Taaango que digamos), y avanzando con mi libro sobre Management (a ver si lo termino para ponerme a trabajar en el assignment para el MBA...)

Lindo Melbourne. Se guarda como opción para el próximo R&R de Albertina. Que hacer con las de 2 y 6? Fácil: muchas obras de teatro, para chicos y adultos, el acuario (hasta uno puede bucear en las peceras!) y paseos por los alrededores y visitas a la playa.

1 comentario:

Familia Parraud dijo...

So COOL! envidiable la fusión nerd-intelectual-cool tuya en Melbourne! Seguí aprendiendo que vendrá bien un guía!
Besos,
Maurice